Es la empresa Civic Duty, que se define a sí misma como algo más que una marca: es un movimiento social que tiene como objetivo inspirar a otras empresas y personas. Steven Weinreb, el fundador de la empresa, cuenta que la idea surgió en 2009, cuando se quedó en paro debido a la crisis económica. Weinreb veía cómo el Gobierno, en este caso el de Estados Unidos, aunque la situación es extrapolable a cualquier otro, ayudaba a las empresas que habían causado la crisis y que, además, funcionaban de una forma poco sostenible. Su idea era crear una empresa responsable desde el punto de vista social y ecológico.
Pero Civic Duty no se olvida del aspecto social y cada año dona los beneficios de uno de sus modelos a una organización social de Estados Unidos. El material del que están hechas las zapatillas es ecológico, reciclable, original, exclusivo y ofrecen un estilo propio. El proceso de producción usa pegamentos y tintes respetuosos con el medio ambiente. Los paquetes en los que se entregan las zapatillas también están hechos de materiales reciclables.
El nombre de las colecciones quiere “conspirar para inspirar” (es el lema de la marca): fascinación, sensación, excitación, dedicación, iluminación, consideración, recreación… Se pueden comprar por internet y su precio varía entre los 54 dólares y los 64 dólares, según el modelo.
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