Réquiem por un Sueño, cuando el sueño es inverosímil y se convierte en un paradigma de la mente.
Sueña con lo que quieras, todo sirve.
Darren Aronofsky, nos narra cuatro vidas con sueños quiméricos que poco a poco van forjando su propio destino cayendo en una espiral de autodestrucción.
“Réquiem por un sueño” una apabullante composición que abarca diversas sensaciones y aporta una estética desequilibrada en tonalidades de influencia onírica con turbulencias psíquicas de un efecto hipnótico, que atrae al espectador y lo hace partícipe de la amargura, del desespero, del desencanto, del desconsuelo, en convergencia con la esperanza y el sueño; un sueño melancólico y patético.
Réquiem es una palabra del latín que significa “descanso”, cuya utilización surge en misas religiosas que eran realizadas para el ruego por las almas de los difuntos. Wolfgang Amadeus Mozart compuso una obra dramática, tierna, natural y espontanea, “Misa de Réquiem en Re menor K 626”, una perfecta armonía para el descanso, para lograr la paz, una avenencia que da esperanza, cuando la vida humana está lacerada por el sufrimiento y la muerte. Tal vez la connotación le da sentido al réquiem como una manera bella de esperar la muerte, y en el trayecto la vida puede parecer perfecta desde lo que pensamos, desde lo que imaginamos, desde lo que cada uno tiene y disfruta en lo más profundo de su mente con su sueño inalcanzable; Aronofsky en ese sentido pensó que las ambiciones, las drogas y las adiciones pueden servir como caminos en nuestro actuar para lograr el descanso.
El Film se convierte en un aforismo reflexivo y profundo sobre la esencia del comportamiento humano. El tema principal de la historia, son los sueños del hombre; visto como metas, expectativas u objetivos que se propone cumplir como sentido de vida, que toma la adicción como un medio o instrumento al cual se recurre para poder lograr el éxito de aquella realidad imaginada.
Una historia transgresora que nos muestra el peligro de las drogas.
La adicción, en segundo plano, es vista como una acción divergente y crónica a la cual una persona se hace dependiente de ella. Un hábito que permite olvidar la realidad, una actividad que apacigua la ansiedad existencial, en este caso las drogas químicas y la televisión es una adicción que expresa un torbellino de ideas y sensaciones, igual como lo pueden ser las pasiones y las actividades que le pueden dar rumbo a una vida, y en ella la adicción es referida como una consecuencia e instrumento de los sueños.
Un réquiem para Darren Aronofsky es una composición adictiva de sueños que se quieren lograr, una tremebunda reflexión sobre los problemas sociales o, mejor aún, sobre el ser humano alienado de sí mismo y perdido en un mundo vacío que se va llenando con las realidades mentales de ensoñación. Sueña con lo que quieras, todo sirve: las drogas, la televisión, el sexo, la comida, el trabajo, el estudio, son las vías hacia un paraíso artificial que nos sumerge en lo que no somos.