Alan González Salazar
Estudiante de Literatura Universidad Tecnológica de Pereira
Alan González Salazar
Estudiante de Literatura Universidad Tecnológica de Pereira
Aturdidos por el tedio
nos embriagamos
Perdonados por el silencio
adormecimos la culpa
en el carnaval
en el infatigable deseo de ser otra cosa
a lo sumo un bufón
No, olvidamos el libreto
en fuga de nuestras voces…
Los recuerdos
los recuerdos
los recuerdos afilados por la insistencia
nos dejaron un presente herido
y lo sentimos desangrarse
en ruido y furia
entre las calles, los edificios
los ojos vítreos
(¡Oh dioses
cuánto vale la sangre
cuáles sus límites!
Quiero traspasarlos)
Y sin embargo querida
hay un perdón en nuestro miedo natural
en nuestra melancolía:
somos del subsuelo, donde nos vimos
obligados a hilar acciones
que nos sirvieran de manto
en la noche insondable
de los destinos
Nacimos del caos
(juego del dios que dispensó todos los límites
las desmesuras
porque la vida era su experimento)
Así este hombre danza, contradice
condena
pues comprende que su dolor es la tumba de Dios
Y por saberlo nosotros
nos desterraron
de su patria la vida
Por fortuna
tenemos las palabras
(quieren saber nuestro secreto
que parece rendirse a su canto)
Aún siendo un engaño
desenmascara el otro
y que cuando quiere
Oh musa corres el velo
y eres igual a estos versos
puente que nos une
Misteriosos