La historia de la fotografía se inicia a principios del siglo XIX, cuando en el año 1816 el científico francés Nicéphore Niepce obtuvo las primeras imágenes fotográficas.

En 1558, Giovanni Battista della Porta por sus publicaciones sobre la cámara oscura se hizo popular entre los pintores de la época. Gerolamo Cardano sugiere una importante mejora: una lente en la apertura de la cámara.

En 1600, durante el siglo XVII, la cámara que hasta ese momento era una habitación como tal se transforma en un instrumento portátil de madera. Johann Zahn transformó esa caja en un instrumento parecido a lo usado en los principios de la fotografía.

Desde el reconocimiento oficial del daguerrotipo, el 19 de agosto de 1839 en Francia, la visión del mundo cambió: “Ya existía un medio ‘naturalista’ y ‘real’ que ponía la imagen del mundo sobre la  mesa de cualquier persona”. La comercialización del invento en Colombia se inició en 1843, cuando el francés transeúnte F. Goni, llegó ofreciendo retratos a un precio que oscilaba entre los 8 y 10 pesos.

El género que más éxito tuvo, tanto en el mundo como en Colombia, fue el Retrato, de ahí que las primeras décadas de la historia de la fotografía en Colombia deban verse en torno a él.

La guerra también fue susceptible de ser registrada fotográficamente. Con una fotografía hecha en exteriores catalogada como documental o reportería gráfica, fue posible examinar las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial. En Colombia, las guerras civiles y en especial la de los Mil días, fueron objeto de registro, aunque no de manera tan consciente como se daría a principios del s. XX en Europa en que la perplejidad de los fotógrafos ante su medio social, quedaba reflejado en su obra, caracterizada por el costumbrismo y la casualidad.

En Pereira, la fotografía fue adoptada a finales del siglo XIX y principios del XX como mecanismo de registro de las obras urbanísticas y administrativas que se adelantaban. Gracias a esas imágenes, hoy se tiene vestigio de los primeros caseríos construidos, del levantamiento de la catedral y de las primeras calles pobladas de la ciudad. Sus fundadores y primeras personalidades de la vida pública acumularon un amplio registro de ese tiempo hasta entrados los años veinte.

Entre los jóvenes aficionados por este arte se encontraba don Manuel García, quien de manera empírica sobre todo, aprendió cuanto pudo del quehacer fotográfico. Rodrigo Grajales y Jaime Grajales en la ciudad de Pereira, realizan fotografía documental. Fotógrafos que a través de sus imágenes plasman su mirar, su lenguaje. Mostrando en ellas las realidades que no son imaginadas.