“Cuando estuve en Tailandia me sorprendió la amabilidad de la gente, allá todos sonríen”. Me decía Jhon Serna sentado en su sitial, con sus manos untadas de polvo de magnesio y con una mirada que denotaba una humildad de hierro. Estoy hablando del Campeón Mundial en Levantamiento de Pesas en la categoría junior (sub 17) que se realizó en Perú en el 2010. El risaraldense Jhon Jairo Serna, hoy por hoy el deportista más destacado que tenemos en Risaralda, demuestra que no es gratuito que haya sido en 2011 el mejor deportista del año Acord Risaralda y el segundo Deportista Juvenil del año Acord Colombia, superado por la llamada “reina del BMX,” Mariana Pajón.
La mañana del sábado estaba fría, me levanté motivado, el día de la conversación con Serna había llegado, me alisté para salir, atravesé la ciudad, a lo lejos, la niebla se deslizaba por las montañas al compas de los ecos gastados del día anterior. Cuando llegué a la Liga, Serna estaba entrenando, practicaba lo que se conoce en el mundo de los pesistas como arranque, consiste en colocar la barra en el suelo horizontalmente delante de las piernas del levantador y tomarla con las manos en pronación y alzarla en un sólo movimiento hasta la completa extensión de los brazos. Minutos más tarde Serna me confesaría que todavía tenía incrustada en su memoria, y en su orgullo de deportista consagrado, la espinita aquella de las dos veces que ha sido superado y deportado a un segundo puesto en arranque, la última de éstas por el venezolano Juan Prado, un pesista con nombre de poeta que lo superó en el pasado Panamericano realizado en la Isla de Margarita.
Cuando terminó su jornada de entrenamiento, Serna se dirigió hacia mí para comenzar la pequeña charla, yo me encontraba contemplando ese lugar desconocido pero agradable, al fondo del gran salón, el repicar de un vallenato se entremezclaba con el sonido que producen las pesas al impactar bruscamente contra el suelo. Me llamó la atención la tranquilidad y el compañerismo que se notaba en aquel lugar. Cuando le pregunté a Serna cómo había llegado a ser pesista, me contestó con una tranquilidad ajena a su estatura: “la Liga Risaraldense de Pesas fue a mi colegio a buscar nuevos talentos y de 12 preseleccionados sólo quedé yo”, eso sucedió en 2007 y al siguiente año ya había conseguido su primera medalla en el Campeonato Nacional Intercolegiado, esto le serviría para ingresar a la Selección Colombiana de Pesistas en la categoría liviana (49 kilos). Dos años después participaría en el Mundial de Halterofilia en Tailandia y el mismo año estaría en los Juegos Centroamericanos en México, donde no pudo participar porque tenía un kilo de más ya que su categoría era 50 kg y él pesaba 51. La conversación seguía su curso, sus compañeros, desde el otro extremo del salón nos observaban con una meticulosidad mayúscula, como la de los espías nocturnos. En ese ir y venir de palabras le pregunté cuál era el deportista que más admiraba, Serna contestó sin vacilación: “admiro al ciclista paralímpico Álvaro Galvis Becerra, lo saludé en Bogotá en la premiación Acord Colombia, creo que es un ejemplo de vida y perseverancia”. Serna estaba tranquilo, días atrás me había dicho que los periodistas a veces se vuelven asfixiantes, no podía objetar la pregunta sobre su gusto por la Literatura, ya que Jhon Serna dedica su tiempo libre a leer novelas. “me gusta mucho Leviatán, Crónica de una muerte anunciada, pero mi favorita es Luna Caliente” me dijo mirándome fijamente a los ojos con una sonrisa maliciosa, me parece muy bien, le dije, eres un deportista muy completo. En ese momento me di cuenta que sólo quedábamos tres almas en el salón, la otra persona era su entrenadora que hacía ejercicio subida en una pelota gigante que obedecía a sus movimientos. Di por terminada la charla, un apretón de manos cerró la conversación.